Al llegar a la región de Alsacia, me di cuenta que el vino no era solo parte del negocio local. La industria vitivinícola es parte del paisaje, de los patios de las casas y hasta de las ciudades con sus decenas de locales de degustación. Habíamos estado en las zonas vitivinícolas más importantes de Francia como son Burdeos, Borgoña y Valle de la Loira, de las cuales había leído mucho previamente. Pero siendo sincero, de Alsacia no sabía casi nada. No había leído mucho más que de su variedad de vinos blancos que predominan, como sucede del otro lado de la frontera, en Alemania.

Riesling, Gewürztraminer, Pinot Blanc, Pinot Gris, Muscat, Auxerrois, Sylvaner y Pinot Noir. Estas son las cepas que podemos encontrar en Alsacia. Pinot Noir es la única cepa tinta de la región. En mi opinión personal, siendo mi cepa preferida y luego de haber catado varios vinos, pienso que no tiene mucho presente pero que con un buen trabajo puede tener mucho futuro en la región. Las dos cepas menos conocidas, Auxerrois y Sylvaner, son cosechadas para formar parte de algunos blends o para vinos mucho más económicos, los cuales solo los conocemos por Vin de France (nuestro “vino de mesa”) Hay dos cepas de las que no voy a hablar mucho porque no tuve la oportunidad de conocerlas en profundidad, esas son Pinot Blanc y Muscat.

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Los viñedos de Alsacia

Eso nos deja las tres cepas más importantes de Alsacia. La primera, Riesling, la cual tiene sutiles aromas afrutados (limón, durazno, pera) y de flores blancas. Es común encontrar también especias como el anís, comino o regaliz. En boca todo dependera si es seco, semi seco o fortificado. La segunda, Gewürztraminer, es una de las cepas más aromáticas del mundo. Es rico y exuberante con notas bien marcadas de frutas tropicales. Además se encuentran aromas a rosas y a una gran cantidad de especias. Sin exagerar, el final en boca es larguísimo. Y para finalizar, Pinot Gris, la cepa preferida de Car. Un vino fresco que en mi opinión muestra su mayor expresión cuando es semi seco. Tiene aromas ahumados, a miel y a frutos secos. En boca fresca y deja el paladar limpio.

Para aprender un poco más, hicimos dos visitas. La primera fue a una bodega y la segunda, por casualidad y feliz coincidencia de fechas, a la Feria de Vinos de Alsacia, en Colmar.

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El paisaje verde de Alsacia

BODEGA KUENTZ-BAS

La bodega Kuentz-Bas ofrece una visita muy completa con cata incluida. Está ubicada en la “parte alta” de Alsacia, en el pueblo de Husseren-les-Châteaux y al momento que fuimos, tanto la visita como la cata eran gratuitas. El tour comienza como la mayoría de los que conozco, con la historia del lugar, la visita a la bodega, a la cámara de fermentación y finalmente, con la realización de la cata. La bodega, exporta la gran mayoría de su producción a países como EEUU o el mercado asiático en su tradicional botella alsaciana, fina y larga.

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Las antiguas barricas todavía funcionan y se lavan a mano por dentro

En la cata se puede probar hasta ocho vinos diferentes de un menú que tiene más de veinte botellas distintas. La bodega tiene todas las cepas que enumeré al principio en casi todas sus variedades: espumante (en Francia llamado “Cremant”), seco, semi seco o vino dulce. Comenzamos por dos uvas típicas, que ya mencioné, pero que tienen mala fama por ser utilizadas para vinos muy económicos, Sylvaner y Auxerroise. La sommelier, en un perfecto inglés, nos decía que estos dos vinos son muy importantes para ellos, porque demuestran que con dos uvas tan bastardeadas se pueden hacer vinos interesantes. Y la verdad, tiene razón. Sin ser vinos muy complejos son dos vinos que se pueden comprar para llevar a alguna reunión con amigos o familia y quedar bien.

Continuamos la cata con dos tipos de Riesling, dos de Gewürztraminer y tres Pinot Gris (probamos más de ocho porque éramos dos). Todos realmente intensos y expresivos. La cata culminó con los vinos de postre o fortificados. Probamos uno de cada cepa, Riesling, Gewürztraminer y Pinot Gris. Como siempre digo de los vinos fortificados, son aromáticos, complejos y peligrosos. Al ser tan dulces y al tomarlos a bajas temperaturas, se toman mucho más rápido. 

Durante la cata tomamos también dos Pinot Noir, pero no fueron de mi total agrado, por eso y por la experiencia del párrafo que viene en la Feria de Alsacia, digo que es una cepa con más futuro que presente. Además, tengo que reconocer que es mi cepa preferida y por ende soy muy exigente con ella.

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La bodega Kuentz Bas

FERIA DE VINOS DE ALSACIA (FAIRE AUX VINS D’ALSACE)

No fue planeado, ni siquiera sabía de su existencia, pero durante nuestra estadía coincidimos con la Feria de Vinos de Alsacia. Una feria que tiene más de cincuenta años de antigüedad y tradición. Es una feria en la cual se puede encontrar maquinaria, envases, servicios de comercialización y, claro, degustación de vinos. La feria no se limita al producto en sí, sino que abarca todo el proceso de producción y comercialización de dicha bebida. Sumado a esto, hace ya un tiempo le agregó a su oferta recitales de nivel internacional (Santana, Robert Plant o Motorhead, entre otros).

En el stand central, todos los días a las 17:00 se realizaba una cata gratuita patrocinada por la asociación Vins D’Alsace, una especie de cámara de comercio especializada en vinos que ayuda a los productores a comercializar sus vinos y buscar mejoras constantes de los procesos. El primer día nos acercamos y pudimos disfrutar de una cata de la cepa Gewürztraminer, con vinos de varias bodegas de la zona. Una selección de cinco etiquetas, entre los que pudimos probar desde el más seco al más dulce.

Cuando nos vieron interesados, con las cámaras de foto en mano y me escucharon hablar francés, se entusiasmaron más que nosotros y nos contaron todo sobre la región. Durante la charla comenté el recorrido que habíamos hecho por Francia, y que Alsacia iba a ser el último destino vitivinícola de aquel viaje por el país. La charla siguió hasta que le dije que mi cepa preferida era el Pinot Noir. Resulta que al día siguiente, la cata gratuita de las 17:00 iba a estar patrocinada por varias bodegas que querían exponer sus Pinot Noir jóvenes. En menos de cinco minutos ya teníamos entradas gratis para el día siguiente invitados personalmente por el director de Vins D’Alsace.

Volvimos al día siguiente solamente para la cata de las 17:00. Durante la cata, me terminé de convencer de que Pinot Noir puede ser a futuro una gran cepa para la región, pero no lo es actualmente. No se si la selección de vinos fue la correcta, o si eran realmente muy jóvenes y necesitaban un par de meses mas de guarda, pero la acidez de esos vinos era superior a lo que uno espera de un Pinot Noir. La complejidad no estaba ahí, ni siquiera un poco. Luego de la cata compartimos un cruce de opiniones con el director y ambos coincidimos que no había sido la mejor cata y que faltan aún años de trabajo para convertir esta cepa en algo importante para la región. A decir verdad, sabiendo el nivel de conocimiento vitícola de los franceses, seguramente la cepa evolucione hacia un producto mucho mejor.

La visita no terminaba ahí, el encargado de medios de Vins D’Alsace había notado nuestra presencia en las redes y se nos quedó hablando un buen rato. Nos invitó a otro stand, donde había una marca que servía vinos espumantes, especialmente producidos para tomar con hielo. Si, como escucharon, hielo. Son vinos espumantes comunes, pero más dulces y con un sabor más concentrado, para que el hielo en vez de aguarlo, lo deje con el sabor justo.

Tanto en la feria como en la bodega tuvimos la suerte de conocer gente muy amable y cálida que nos abrieron las puertas del conocimiento y nos permitieron preguntarles mil cosas sobre la industria y aprender un poquito más sobre vino francés. Una hermosa experiencia que se las recomiendo a todos. A pesar de los malos mitos populares, los franceses son gente hospitalaria y muy simpática.  

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El stand de vinos de Alsacia en la feria