“Tal vez deberíamos haber parado por esta zona” le dije a Car luego de comenzar a caminar por las calles del barrio Psyri.

La zona con más movida nocturna de Atenas. Nuestro departamento quedaba en Exarcheia, una zona que me recuerda mucho a San Telmo, en Buenos Aires. Casas que parecen abandonadas, paredes llenas de graffitis revolucionarios, afiches de bares punk con bandas en vivo.

“¿Todavía existe el movimiento punk?” le pregunte a Car.

Ella con la misma cara de sorpresa me miró encogiendo los hombros, como diciendo que tal vez si, pero que no estaba enterada.

LLEGAR THE CLUMSIES

Esta conversación la teníamos mientras nos dirigíamos al primer bar de la lista de bares que teníamos para recorrer en Atenas. Al sexto mejor bar del mundo del año 2017 y séptimo en 2018, The Clumsies.

Desde que abrió sus puertas en 2012, The Clumsies se ha ganado rápidamente un lugar entre los mejores. Los creadores de este proyecto saben lo que es ser exitosos en esta profesión, Nikos Bakoulis and Vasilis fueron los ganadores de la Worldclass de Diageo en Grecia en los años 2012 y 2011.

Innovación y riesgo, son las dos palabras que utilizaría para describir este bar. Desde su propio negroni color azul, pasando por el gintonic ahumado con carbón e hidrogeno hasta finalizar en su carta, con un diseño completamente disruptivo y original.

El bar da a la calle, no es speakeasy. Las puertas se encuentran abiertas de par en par, invitando a entrar a todo aquel que pase por la calle y quiera probar un buen cocktail. Es popular, no exclusivo. A la hora que fuimos todavía era de día, no había mucha gente así que nos sentamos en la barra.

bar
Car en la barra de The Clumsies

EL LUGAR

Por la calle se accede al salón donde esta la barra principal. En la misma entran aproximadamente doce personas sentadas. Alrededor hay mesas que amplían la capacidad. Afuera, un patio interno con muchas más mesas. El bar es uno de los más grandes que he visto en Europa (intuyo que entran más de 150 personas).  De la decoración no forman parte elementos sofisticados, es simple y hace juego con el ambiente distendido que hay en el lugar. Paredes despintadas a propósito, aberturas con ladrillos a la vista, hechas de forma irregular, lamparas fabricadas con acero y sillas negras con tapizado de cuero negro. Existe un salón VIP, llamado The Room, al que se puede acceder solamente haciendo reservas para grupos entre seis y diez personas. El mismo tiene billar y atención personalizada. Las reservas se pueden realizar desde la página web.

El bar

LA CARTA ES ARTE

Luego de observar la infraestructura del lugar era el momento de pasar por la experiencia de la nueva carta. Se acerca el bartender y nos ofrece un libro en blanco. Ninguna hoja estaba escrita. Nos deja unos segundos de desconcierto hasta que saca de su bolsillo una linterna de luz azul.

“Alumbren la hoja y verán la carta” nos dijo sonriéndo.

La carta esta realizada con algún tipo de tinta reactiva a esa luz. Al pasar la linterna por la hoja comenzaron a aparecer todos los cocktails que el bar tenia para ofrecer.

“Wow, esto si que no me lo esperaba” pensé y se lo comuniqué a mi cara, que no cambiaba su gesto de asombro.

Considero a la gastronomía un arte, tal vez uno de los más complejos de todos. La mezcla de sabores y técnicas no pueden ser llevadas a la perfección si la persona que las ejecuta no se considera un artista, alguien creativo. La mezcla de diferentes tipos de arte en un mismo establecimiento nos permite ampliar ese juego con los sentidos y la imaginación. Nos permite tener diferentes experiencias al mismo tiempo. Aplaudo de pie este tipo de iniciativas.

El inicio de la carta

COCKTAILS

Las sorpresas no terminaban ahí. Mi primer cocktail fue el Aegean Negroni. Esta reversión del negroni tradicional esta realizada con Martini Ambrato, Martini Bitter y un old tom gin casero. Es AZUL. Mi preconcepto no me permitió disfrutar 100% el momento inicial. Para mi una bebida tan azul (o colores tan radicales, como un verde fluo), siempre venían siendo signos de mala calidad. Me remonto a Argentina, donde cierta marca de vino espumante que no voy a mencionar y que no viene al caso, realiza con ese color una de las bebidas de peor calidad que haya probado en mi vida.

El Negroni resultó tener una personalidad mucho más elevada de la que podía imaginar. Los sabores que otorgaban el old tom y las hierbas, elevaban mi interés por esa bebida. Car fue con algo mucho más frutal. Se pidió el Red District. Base de ron, con granada y berries. Dulce y refrescante. Para tomar a cualquier hora del día.

COMIDA Y MAS COCKTAILS

Como no habíamos cenado, y la carta de comida nos pareció muy completa, ordenamos ahí. Platos dignos de un restauran. Sabores intensos, bien decorados y realmente abundantes. Yo me pedí unas Nuggets caseras con una salsa especial (no se que tenía) y Car unos noodles que llevaron devuelta a Asia. Ninguno pudo terminar su plato, era realmente mucho. Como postre, pedí nuevamente el menú y terminé la noche con el cocktail que sería mi preferido aquella velada: Green House Sour. Tiene gin, aquafaba, sauerkraut syrup y limón entre otras cosas.

cocktail
Green House Sour

The Clumsies no decepcionó. Desde muchos aspectos demostraron estar correctamente posicionados en el TOP50. Espero con ansias volver a Atenas y ver qué pueden hacer para seguir superándose.

INFORMACIÓN

Dirección: Praxitelous 30, Athina 105 61, Grecia VER MAPA

Web: www.theclumsies.gr

Instagram: @the_clumsies

Horarios: Dom a Jue 10:00 a 02:00 – Sab-Vie 10:00 a 04:00