nakazaki
Japón tradicional en las calles de Nakazaki

Osaka no es solo una gran ciudad repleta de gente como podemos ver en los barrios de Dotonbori, Namba o Umeda. Hay una Osaka oculta en el más profundo pasado. Partes que no fueron tocadas (o destruidas) por ninguna guerra, partes que aún permanecen intactas como hace cientos de años. Hay una Osaka tradicional llamada Nakazaki, llena de casas bajas con alturas orientales donde muchos nos golpearíamos la cabeza. Con comercios de nostalgia que nos llevan directo a los años setenta y de negocios que venden accesorios hechos a mano escondidos en callejones. Hay una Osaka de Shotengai (mercados de calles techadas) sin turistas, llamada Tenjinbashi-suji, al alcance de nuestros pasos. No es fácil encontrar todos los rincones, son muchos los lugares que ver y que no están marcados en ningún mapa. 

 

Nakazaki tradicional
Conocer de la mano de un local

Tommy es un joven sub 25 que además de llevar adelante un hostel e idear cientos de encuentros multiculturales, conoce Osaka como la palma de su mano. El día que nos recibió en el Linda hostel, nos pidió que reservemos una tarde para salir a conocer los dos barrios vecinos con él. 

Nuestra caminata comenzó por un comercio de nostalgia, creado con mucho amor por una de sus mejores amigas. Camisas de los años setenta y ochenta, juguetes que me llevaron a lo más antiguo de mi infancia, donde la memoria solo te deja flashes. También, antiguos muebles y juegos de mesas. Mientras Car se perdía entre vestidos y telas de los sesenta, Tommy me contaba que Nakazaki se convirtió en la zona elegida por jóvenes emprendedores, artesanos y artistas. Ese es uno de los aspectos que intenta mostrar en el tour. Visitamos lugares de accesorios y bijouterie hechos a mano y un espacio donde aprendimos cómo se fabrican los tradicionales pañuelos japoneses llamados Tenugui. Hechos de algodón orgánico y estampados artesanales. 

nakazaki antigua
Ferias americanas que cuentan historias

Hicimos una pausa en un bar literario oculto detrás de una gran enredadera. Dentro, la madera y los libros inundan los sentidos convirtiéndolo en un lugar de inspiración. Un espacio ideal para sentarse a escribir, dibujar, leer o simplemente descansar tomando un té y comiendo algo rico.

A pocas cuadras de los rinconcitos de cuentos de Nakazaki, comienzan los interminables Shotengai de Tenjinbashi-suji. Casi tres kilómetros de calles comerciales techadas, divididas en especies de “vecindades” que rivalizan entre sí. Rivalizan a tal punto que cada una tiene su propia celebración anual con desfiles y trajes tradicionales. Eventos en los que, cada tanto, pueden volar algunos puñetazos. 

Se llama Shotengai a las calles céntricas y comerciales que pueden encontrarse en cada ciudad y cada barrio japonés. Tienen la particularidad de ser peatonales y generalmente están techadas. En ellas se pueden encontrar restaurantes, negocios de ropa y accesorios, librerías, casas de té, almacenes, carnicerías, ferreterías, tiendas de regalos, pachinkos y hasta karaokes. Si bien hay algunos que reciben mucho turismo, en especial en Osaka y Tokyo, los Shotengai son los típicos mercados donde los locales hacen sus compras diarias.

Pero no todo es comercial. Otra de las características de los Shotengai es que, antiguamente, eran las calles que conducían a los vecinos hacia el templo del barrio. Al doblar en una esquina, después de unas cuantas cuadras de caminata, entendimos porqué para Tommy era importante que conozcamos el Shotengai de principio a fin. Sin esperarlo, entramos de frente en el santuario sintoísta más grande de la zona, el Tenmangu, los que adoran al dios Amaterasu del sol. Al entrar, se debe saludar inclinándose, es un pedido de permiso para ingresar, luego se purifica con el lavado de manos y de boca. Frente al templo o estructura principal, se debe tirar una moneda como ofrenda, se realizan dos inclinaciones, dos aplausos, otra inclinación de torso como saludo final. Al salir del templo se debe hacer una última inclinación como agradecimiento por la visita. 

Desde que llegamos a Japón, dudamos en realizar los saludos correspondientes, no sabíamos qué tan bien visto estaba que un turista siga el rito de los creyentes. Aprovechamos para preguntarle a Tommy, y nos dijo que no lo ven como una falta de respeto, sino todo lo contrario, que un turista se tome el trabajo de aprender y seguir el rito, para ellos es una muestra de respeto e interés por la cultura local.  Alrededor del templo o estructura principal, se ven ofrendas de botellas de cerveza y los tradicionales barriles de sake, que parecen más obras de arte que un artículo para almacenar la bebida. 

templo
El templo Tenmangu

Para terminar, fuimos a un bar de Matcha. Nunca había probado verdadero matcha, hay opciones para hacerlo uno mismo, o comerlo en forma de helado. Usualmente los japoneses no toman matcha, no es económico y tienen otros tés a los que están acostumbrados, como el típico té verde o el té negro común de desayuno.

No todo son luces y lugares “fancy”, Osaka tiene estos barrios que te hacen sentir que a pesar de la sobrepoblación que presenta la isla, aún se puede disfrutar de una caminata con mucha pero mucha tranquilidad, esa que caracteriza al ritmo local.

 

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