Durante nuestras vacaciones en Parísen 2016, aunque tuve la intención, no habíamos podido ir. Nos había tocado una semana de mucho frio y lluvia, y al estar todo el día caminando con ese clima, terminábamos muy cansados. Por lo tanto, dejamos nuestra visitar a Little Red Door para otra ocasión.
“Es un clásico, va a estar ahí por mucho tiempo” pensé convencido de que pronto volvería a París. Hacía un rato que habíamos salido de Candelaria y yo tenía ganas de más. La noche estaba especial, ni calor ni frio, estaba en esa temperatura que te da ganas de hacer de todo. “Y vayamos a otro bar” me dijo Car. Y allá fuimos.



LLEGAR AL BAR
Inicialmente nos pasamos de largo. ¡Como no ver la puerta roja! Es casi vergonzoso la cantidad de veces que me paso de largo yendo a algunos lugares. Retrocedimos unos metros y llegamos a Little Red Door. El ingreso no es por la puerta roja, sino por el costado. El bar es grande, tiene un salón de unos cincuenta o sesentametros cuadrados con muchas mesas y un entrepiso con un sillón para diez o 12 personasmás. La barra ocupa casi la mitad del largo que tiene el salón, pero ese día estaba llena. Así que nos ubicaron en un gran y cómodo sillón en el entrepiso. Ideal para poder ver desde arriba cómo funciona el bar.



La carta es todo lo que está bien en este mundo. Es artística, es completa y, sobre todo, es original. Estababasada en los valores universales, cada cocktail tenía el nombre de un valor. Estaba confeccionada como si fuese un libro de cuentos para niños. Era pesada, colorida y con divertidas ilustraciones. Los cocktails, descriptos solamente por sus ingredientes, tenian originales presentaciones. Ni la carta ni los cocktails se quedabann atrás en la lucha por ser el más creativo.
COCKTAILS
Tenía ganas de probarlos todos, pero debía comenzar con uno. Car eligió un Security, con ron, miel y leche. Con una interesante textura lograda por el lácteo mezclado con la miel. Un cocktail poco usual que nos gustó mucho. Yo elegí el Benevolence, con tequila, vermouth (cuando no), zanahoria y genjibre. Debo decir que el sabor inicial fue raro, zanahoria, vermouth y tequila juntos no es una combinación normal. Pero al final me gustó y mucho, hasta me quería pedir otro.
La noche siguió su curso normal, disfrutando de buena música, buenos cocktails y la amabilidad del personal. El lugar es para ir en pareja, amigos y hasta con algún familiar. En el salón había de todo. Ya estábamos un poco cansados, así que fuimos por los últimos dos y pedimos la cuenta. La noche la cerramos con Hedonism, con base de vino tinto, rye whiskey, manzana, chili y flores. Raro, sabroso, extravagante y un poco lunático. Así definiría yo a este cocktail, que, sinceramente me gustó mucho. La estrella de la noche fue el Tradition. Preparado con mi amado Talikser Storm, hojas de naranjo, vermouth blanco y granos. Cítrico, pero a la vez con ese gusto a malta que te lleva a pasear desde un campo verde lleno de naranjos hasta la punta de la Isle of Skye donde se hace el scotch Talisker.



Nos fuimos a seguir caminando por París. Esa ciudad que me gusta de día, pero me enamora perdidamente de noche.
INFORMACIÓN
Dirección: 60 Rue Charlot, 75003 Paris, Francia VER MAPA Web: www.lrdparis.com Instagram: @littlereddoorparis Horarios: Dom a Juev 18:00 a 02:00 Vie-Sab 18:00 a 03:00 |