Durante el primer día de recorrido por los viñedos de Burdeos, iba a visitar dos bodegas. Veníamos de la primera, Lamothe Bergeron, y teníamos dos horas de tiempo para la siguiente. Así que nos subimos al auto y nos fuimos a sacar fotos a todos esos pueblos que habíamos visto alrededor de Margaux. Margaux era una comuna francesa de la región de Nueva Aquitania, pero hace poco más de año se suprimió para fusionarse con Cantenac y crear la nueva comuna de Margaux-Cantenac. Esto no tuvo injerencia en su denominación de origen controlada (las siglas en francés A.O.C.) que le da al vino el prestigio que tiene, que va en forma paralela a la división política actual. Sus cepas principales son las mismas que en Medoc: Merlot y Cabernet Sauvignon, y se permite que los vinos también contengan Petit Verdot, Malbec (llamada “Cot”), Cabernet Franc y Carmenere.

La ruta es muy escénica, kilómetros de vides, estructuras coloniales y castillos. El verde de las vides tiñe el paisaje de una forma muy particular, como si una gran enredadera se adueñara de kilómetros de suelo. Pasa por pueblos pequeños, pero muy fotografiables: Arcins, Macau, Labarde, Margaux y Cantenac, entre otros.

El pueblo de Margaux es pequeño, no más que un par de kilómetros. Fuimos en el horario de la siesta, así que había muy poca gente en la calle (por no decir nadie). Estacionamos muy fácil y sacamos algunas fotos. Es un pueblo muy pintoresco y se recorre en una hora. Arcins y Macau tal vez sean los dos pueblos en los que más fotos tomamos, quedamos cautivados por sus estructuras coloniales. En todos se respira vino en el aire, se respira campo, mucha tradición y un estilo de vida mucho más relajado y lento del que estamos acostumbrados.

Cuando volví a mirar la hora ya había pasado dos horas. Volvimos al auto para ir a la segunda bodega del día: Château Marquis de Terme.

CHÂTEAU MARQUIS DE TERME

La bodega está en el corazón de Margaux. La estructura era muy diferente a la que había visto en Haut-Medoc, era similar a una casa colonial y no tanto a un castillo. Al llegar noté mucho público. Sobre la ruta frente a la bodega, están los viñedos, y allí había un grupo de más de diez personas con un guía que hablaba inglés. Al entrar a la recepción había otro gran grupo realizando la cata y la guía hablaba en francés. No sé si tenía más años de experiencia en enoturismo o si el horario era más acorde, pero había muchas más personas que en la bodega anterior.

Esperé que terminaran y pude comenzar el tour. Como en la bodega anterior, tuve la suerte de estar solo con la guía, pero esta vez el tour fue en francés. Cruzamos para ver los viñedos, el terreno era tan extenso que yo no llegué a ver dónde terminaban las plantaciones. En ese sector tenían solo Cabernet Sauvignon. Luego, fuimos a ver los tanques de fermentación. Había de acero inoxidable y varios hechos de hormigón, ambos le dan características diferentes al proceso de fermentación. El hormigón permite el ingreso de un poco de oxígeno y el acero no.

La bodega

EL TOUR

El tour continuó con las barricas, sector donde comencé a ver el proceso de innovación de esta bodega. En la primera parte del trayecto, vi barricas muy diferentes a las que estaba acostumbrado a ver. Había una barrica de madera con forma de huevo, que ellos llamaban “perla”. No solo la utilizan para dejar madurar el vino, sino que también realizar la fermentación en el recipiente.

Si bien en uno de los cursos que hice antes del viaje, el profesor nos había comentado esta tendencia, nunca lo había visto. La tendencia es fermentar en este tipo de recipientes vino blanco, pero allí tenían fermentando vino tinto. La guía me decía con mucho orgullo, que aun era una prueba piloto, pero que la primera tanda había salido muy bien y que, a futuro, podría convertirse en el producto estrella de la bodega.

Pregunté varias cosas que tenía anotadas, más algunas dudas que surgieron en el momento y fui a realizar la cata. En este caso la cata fue horizontal (la típica cata de vinos) y probé tres productos de la bodega: el Gran Cru, el de segunda línea y un rosé. Ambos con un blend similar, pero con una gran diferencia a la hora de dejar añejar. El Grand Cru tenía mucho más acentuado ese aroma y sabor a madera, mientras que el de segunda línea, que pasa menos tiempo en barrica, el sabor era más suave.

Decidí llevarme el Grand Cru. Ya no había tiempo para más, las siguientes horas fueron de ruta, bordeando viñedos y castillos, camino a Saint Emilion.

cata
La cata final

INFO ÚTIL

Dirección:

3 Route de Rauzan, 33460 Margaux, Francia

Valores de las visitas (todas incluyen el tour):

Cata de 3 vinos: €15

Aperitivo más cata de 3 vinos: €25

Escapada en bicicleta por Margaux más cata: €50

Cata de Grand Cru: €100